Decidimos venir a este mundo con un cuidadoso plan preestablecido antes de nacer, en el espacio entre vidas.
Todos somos aprendices y maestros. Tenemos misiones y lecciones que aprender. Para ayudarnos elegimos a nuestro linaje de almas, algunas de las cuales pasarán de forma transitoria hasta que aprendamos la lección que tenemos que aprender, mientras que otras se quedarán más tiempo.
Por un lado tenemos la familia biológica, en la que experimentamos un karma individual, familiar y del linaje. De ella podemos aprender a desprendernos de sus aspectos negativos y quedarnos sólo con su Luz.
Por otro lado y tras este núcleo primario, hay lecciones que tenemos que aprender de nuestro grupo de amigos o incluso de personas hacia las que sentimos antipatía. A veces por el recuerdo inconsciente de vidas pasadas y otras porque vemos reflejados en ellos o ellas los rasgos más negativos de nuestra personalidad. En cualquier caso siempre ayudarán a nuestra evolución.
Por último me referiré a los niños adoptados y a las muertes perinatales. Los niños adoptados recibirán el karma del linaje de su familia biológica, el familiar de la adoptiva y cargarán con su karna individual.
Los niños que mueren a edades tempranas son en realidad Ángeles que vienen a enseñarnos el valor del AMOR INCONDICIONAL.
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